martes, 23 de agosto de 2011

capitulo 27 (y último)






Aunque quiere decirle que sí, Roberta no se atreve:
--como crees? mi esposo murió hace 4 meses.¿cómo crees que me voy a volver a casar tan pronto?¿qué dirá la gente?
Félix la abraza con desesperación:
--vayámonos de barrio, que nadie sepa nada de ti, seremos sólo una pareja que nos amamos.
--pero es que seguimos siendo una pareja con diferencia de edad.
Los dos se hablan con amor, ella se reprime, él defiende su punto de vista con ansias.
--vamos a tener un hijo y ¿tú crees que hay algo por encima de eso? ¿Tú crees que tendríamos ese hijo si alguien allá arriba no estuviera de nuestro lado ? me vas a separar de ti y de mi hijo?
Roberta le sonríe enamorada y lo besa. Él suspira.
--no te voy a separar de tu hijo. Tienes razón, un hijo es un lazo con el que ya nadie puede romper.
Félix está más tranquilo pero sigue sin saber qué es lo que piensa Roberta. Está muy angustiado porque si Roberta lo rechaza de nuevo no sólo perdería la mujer de su vida, sino a su hijo. Se desespera, unas lágrimas aparecen por su rostro.
--es que no importa si yo soy más joven, si tu eres mayor. No es una joven quien me va a dar un hijo ¡¡eres tú¡¡ya eres mi esposa aunque sí es cierto que me encantaría quitarte lo de viuda de para que seas señora de, mi señora. mía y de nadie más.
--ya lo soy --dice ella coqueta.
--¿y entonces? –ansioso.
--nos iremos de barrio, comenzaremos como una pareja, ya tendremos tiempo de casarnos.
Félix y ella se funden en un abrazo y un beso.
--es curioso, tu padre va a tener casi al mismo tiempo un hijo y un nieto.
--borra a Rafael de tu vida para siempre. No quiero que ni lo recordemos, aunque siempre le agradeceré que te haya puesto en mi camino no quiero que pienses en él –en un tono molesto porque no le gusta pensar en el que fue esposo de su madre.
--desde que tú apareciste en mi vida sólo en pensando en tres hombres, en ti y en mis hijos –enamorada.
Félix sonríe seductor y se vuelven a besar:


8 meses después…
Roberta está en la sala de partos. Félix está con ella en su perfecto papel de padre y esposo.
--empuja mi amor, empuja.
Con mucho dolor, Roberta da a luz a su tercer varón. Ninguno de los dos contiene el llanto. Félix corta el cordón que une a madre e hijo, él mismo coloca a su hijo en el pecho de su amada. Los dos están emocionados. Roberta cansada.
--es nuestro hijo, Manuel. Como mi padre, mi verdadero y único padre –Félix emocionado.
--te amo --dice la madre cansada y feliz.
--gracias, gracias por el regalo maravilloso de tu amor y de este hijo –solloza Félix.
Él la acaricia. Ella habla rota por el cansancio y la emoción:
--hoy es el día más feliz de mi vida. Es la primera vez que recibo a mi hijo estando enamorada del padre, teniendo al padre al lado. Mi hijo, mi tercer hijo, el verdadero hijo del amor. Es un sueño.
Félix no deja de mirar con el rostro lleno de lágrimas a su esposa y a su hijo.

Mientras en casa de Roberta, Juan Segundo con su hija en brazos y Bartolomeito están al pendiente del teléfono. El pequeño aprovecha que su hermano carga a su hija para tomar el teléfono él. Es Félix que radiante le dice:
--¡ya soy papá. Nació mi hijo Manuel¡
Bartolomeito se pone muy contento:
--¡¡un niño, otro hermanito¡¡
--¿y mamá?¿cómo está mamá? pregúntale --Juan Segundo.
Bartolomeito le pasa la pregunta a Félix que responde:
--FELIZ, los dos estamos felices.
Bartolomeito le da la respuesta a su hermano. Juan Segundo mira con cierta tristeza a su hija y dice para sí.
--Mi María, mi pequeña princesa, Ojalá así hubiera sido cuando naciste tú. Es tan bonito recibir un hijo cuando llega con amor y cuando, aunque yo te quise siempre, tu mamá parece que no nos quiere ni a ti ni a mi.

En otra parte de la ciudad, se abre las rejas de la cárcel y sale un hombre de unos cincuenta años.
--¡¡Juan¡¡
Milagros lo está esperando. Lo mira seducida. Ella corre hacia él y lo abraza. A él le gusta sentirse seductor:
--has cumplido tu promesa. Sin tu ayuda aun seguiría preso y ahora yo cumpliré la mía.
Milagros ya no piensa tanto en su plan sino en estar con ese hombre que tanto le gusta.
--vamos, vamos a algún sitio. Me muero por estar contigo sin controlar el tiempo --dice él sediento y sólo llevado por el instinto de la carne.
Milagros ha alquilado un apartamento para ellos dos, hacen el amor como bestias. Él se viste, tiene muchas cosas que hacer. Ella queda en la cama feliz.
--después de hacer lo que planeamos viviremos juntos, estaremos juntos.
--¿y qué le dirás a Juan Segundo?¿le dirás que lo dejas por su padre?
Juan ríe, ella no dice nada. No sé da cuenta que Juan no tiene intenciones de quedarse a su lado.

Mientras, Roberta está feliz en la habitación con su hijo en brazos. A su lado Félix los mira ensimismado. Ella lo mira enamorada.
--mi amor…
--dime –Félix dulce.
---creo que ya ha llegado el momento de casarnos. si tu quieres claro.
Félix lo mira feliz:
--hablas en serio?
--me gustaría mucho.
Como respuesta Félix le da un beso.

Días después. Félix sale de la pensión con su padre. Los dos se montan en el auto. De repente aparece un hombre encapuchado con un arma, empieza a disparar pero no hiere a nadie. Se lleva a Félix a la fuerza al que mete en su carro. Feliz y de blanco Roberta llega a la iglesia con Juan Segundo y Bartolomeito. Todos los invitados ya los están esperando. No hay rastro del novio.
--ya es de la hora. ¡¡Félix es muy puntual¡¡ --Roberta nerviosa.
Juan Segundo sonríe:
--seguro que encontró tráfico. Ni modo que te haya dejado plantada, con lo que deseaba casarse contigo.
Roberta siente una gran angustia. En eso que llega Manuel, se dirige sofocado y herido al coche de la novia:
--¡¡han secuestrado a Félix. Han secuestrado a Félix¡¡
Milagros que se acercaba a su padre tiene una fuerte crisis de nervios. Se aleja de todos para que no la descubran:
--¡¡no, no. Era a Roberta. tenía que lastimar a Roberta, no a mi hermano¡¡¡

Mientras, Juan avanza a todo marcha. Tiene a Félix amordazado en la parte de atrás. Juan tiene muchos planes de futuro pero ninguno se les cumplirá ya que, al intentar adelantar con exceso de velocidad un camión, sufre un aparatoso accidente.

Roberta en seguida se presenta al hospital con Juan Segundo. No pueden ver a Félix pero le piden que vayan a ver el cadáver del hombre que se llevó a Félix por si lo conocen. Roberta va sola. Tiene un mal presentimiento.
--este es el hombre que secuestró a su novio --le dicen.
Sus malos presagios se cumplen.
--¿tú?
No esperaba que Juan Segundo estuviera detrás de ella.
--lo conoces ?
Roberta no dice nada. Él insiste.
--¿¿quien es?¿¿quien es?
Roberta mira el cadáver de Juan y dice:
--es tu padre, lo último que supe de él es que estaba en la cárcel por matar a su novia y a la pareja de ésta.
Juan Segundo mira a ese cadáver muy impresionado.
--ven, vamos. Vamos a ver a Félix –le dice Roberta llevándoselo.

Al día siguiente, Félix abre los ojos está en una cama de hospital. Roberta está a su lado. Sonríe aliviada.
--¿que me pasó? –aturdido.
Roberta lo besa cariñosa:
--nada, ya nada importa. Estamos juntos y nadie nos hará daño.

Por otro lado, Juan Segundo observa de lejos el entierro de su padre que él ha pagado. No hay nadie. De repente se sorprende al ver a Milagros acercándose a la tumba. Va hacia a ella.
--¿tú? tenias que ser tú la que estuvieras detrás de todo --le reprocha.
Milagros está muy afectada:
--no era esto lo que yo planeé. No lo era.
Juan Segundo la mira dolido:
--no te quiero volver a ver.
Juan Segundo se aleja de ella. Milagros lo llama. Él se para pero no la mira.
--sólo te quería decir que espero un hijo de Juan –dice ella atormentada-- pensé que te gustaría saberlo.
Juan Segundo llora decepcionado y la deja sola.

Meses después, Milagros sale del hospital con su hija en brazos. Se sorprende al ver en la puerta a Juan Segundo con su hija mayor.
--no te esperaba.
--aún soy tu marido. Te llevo a casa.
--gracias por darle el apellido a mi hija Juana. Ha sido todo un detalle.
--aunque tu no me quieras yo siempre te voy a llevar en mi corazón. Además lleva mi sangre
Se paran frente al coche. Él la ama y le duele estar cerca de ella y no tenerla. Milagros trata de acercarse a él.
--me gustaría tanto poder ser feliz a tu lado. Deja que mis hijas y yo estemos a tu lado, dame una oportunidad para demostrar que te puedo querer.
--hablas en serio. Es eso lo que quieres ? -sorprendido y emocionado.
--si.
Juan Segundo lleva mucho deseando escuchar eso.
--ven acá --le dice cariño estrechándola contra su pecho.
Se besan apasionadamente con las dos niñas como testigos.

Cae la noche, en casa de Roberta ya Bartolomeito duerme, Roberta acuesta al pequeño Manuel. Félix está desnudo en la cama de Roberta. En el salón una foto de una boda, la de Félix y Roberta preside la estantería. Roberta entra en el cuarto. Se desnuda ante él que la mira sediento y unen sus cuerpos felices de tener una amor de verdad, un amor que compartir con el mundo.
fin.









capitulo 26










Félix se acerca a Roberta y ante la mirada de Bartolomeito la besa apasionadamente. Bartolomeito los mira raro pero no dice nada. Roberta se aparta de él.
--Félix, por favor.
--mi amor –Félix cariñoso-- Bartolomeito ya sabe toda la verdad y no le importa. ¿verdad?
La mujer está avergonzada ante su confundido hijo. Bartolomeito no sabe lo que tiene que decir. Le estira del brazo a Félix para que se agacha, y cuando ya lo tiene a su altura le da un beso en la mejilla y le dice:
--te quiero mucho, cuida a mi mamá.
Los dos se abrazan. Luego Bartolomeito abraza a su mamá:
--te quiero mucho.
Luego el niño los mira a los dos y les dice:
--yo me voy a mi cuarto, a los papás hay que dejarlos solos.
Félix sonríe con ternura, Roberta se incomoda. El pequeño entra en la habitación. Félix abraza a su amada:
--ya todo pasó, mi amor. Lo que más te preocupaba ya no es un problema. Ya no nos tenemos que seguir preocupando.
Félix la quiere abrazar pero ella lo rechaza:
--¿qué es lo que te pasa?
Ella está muy triste. Le da la espalda porque no soportaría ver su mirada en ese momento.
--lo mejor es separarnos, todo el mundo está en contra de nuestro amor.
Todo se esperaba Félix menos eso, el rostro se le desencaja. La abraza por la espalda:
--no todo el mundo, no tus hijos. No la vida que nos pone al uno al otro. Estamos demostrando a todos que nuestro amor es fuerte. ¿qué más quieres?
Roberta se aparta de él y le dice:
--por favor, me han humillado mucho por culpa tuya. Yo quiero una vida sin sobresaltos y contigo no es posible. Si de verdad me amas, no me busques. Déjame tranquila. te lo suplico.
--no me hagas esto --le suplica él con la voz rota.
Ella no lo mira:
--vete y no vuelvas.
La mujer se encierra en la cocina. LLora deshecha. Félix mira la puerta en la que está su amada con el rostro lleno de lágrimas y se va. Se va vencido.





1 mes después, Félix y Juan Segundo están tomando un café.
--¿y estás cómodo en la pensión? ya sabes que mi casa es tu casa.
--gracias por no quiero hacer pesada más tu situación, a parte que prefiero no ver más a mi hermana. ¿y qué tal lo llevas?
--pues con la espalda destrozada de dormir en el sofá. Milagros trata de tener un acercamiento conmigo pero yo sé que no me ama, pues no tiene caso. Me quedaré a su lado pero nunca podré olvidar que se acostó con el ex marido de mi madre.
Los dos jóvenes están muy amargados.
--¿y tu mamá?
--muy triste y Bartolomeito también. Yo creo que le deberías hacer el intento. Ya hace un mes que no se ven, yo sé que ella te quiere.
--tal vez me quiere pero no lo suficiente. Me ha roto el corazón demasiadas veces. Si ella quiere volver conmigo, que me busque.
--no seas así, yo te quiero como a un hermano y me duele que no seas feliz. Por orgullo puedes perder al amor de tu vida. ¿es que ya no quieres a mi madre?
--yo a tu madre la voy a querer todo la vida pero ya me ha rechazado muchas veces y ni una más.
Los interrumpe el celular de Juan Segundo.
--¿Bartolomeito , pasa algo?
Félix se angustia ante esa llamada de Bartolomeito a Juan Segundo. Juan Segundo se levanta alterada.
--¿¿le pasó algo a tu mamá?
Juan Segundo paga la consumición:
--mi mamá está en el piso desmayada. Bartolomeito está muy asustado.
Félix siente que se le va la vida.

Muy alterados, los dos guapos van corriendo a casa de Roberta. La mujer ya está mejor, sólo un poco mareada.
--ya estoy bien,. Bartolomeito se precipitó.
Bartolomeito se acerca a los dos muchachos y dice:
--mi mamá lleva días mala, vomita mucho.
Félix y Juan Segundo se quedan preocupados.
--será mejor que vayas al médico --Félix.
--no, no estoy bien --Roberta.
Félix y Roberta se miran con timidez aunque también con ilusión. Se alegran volver a verse.
--Félix tiene razón. --le da las llaves al muchacho-- llévala al médico. Yo me quedo con Bartolomeito .
--no hace falta, estoy bien --Roberta.
Félix se acerca a Roberta y los dos tiemblan:
--por favor. No te comportes como una niña.
A los dos les excita demasiado la presencia del otro. Roberta sale precipitadamente. Va hacia el auto. Félix abre la puerta pero ella se coloca detrás. No quiere ir con é. A él le duele pero no dice nada. Durante el camino, Roberta suspira enamorada. Desea no amarlo pero lo ama. Félix la mira por el retrovisor seductor.

En el hospital, le hacen un análisis a Roberta. Luego el doctor habla con la pareja. Los dos están juntos pero muy separados. Roberta no dice nada, la altera demasiado la presencia del guapísimo hijo de su difunto marido. Muy angustiado es Félix el que habla.
--¿qué es lo que tiene?
--su madre está embarazada.
-Esta noticia toma a los dos por sorpresa.
--embarazada? --pregunta Roberta con el rostro desencajado por la emoción.
Un brillo de ilusión cubre el rostro de la mujer. Hace tantos años que esperaba esa noticia, una noticia que borre la tristeza de su reciente aborto cuando ni sabía que estaba embarazada. Félix toma la mano a Roberta y sonriendo muy enamorado dice:
--ya lo has odio vas a tener un hijo mío --mira al doctor y dice-- la señora es mi mujer, no mi madre.
El doctor pone cara de circunstancias. La pareja se despide. A la mujer le parece imposible que esté embarazada.
--¡Es un milagro¡
Él le pone las manos en las mejillas:
--Nuestro amor hace milagros –dice enamorado.
Félix quiere besarla pero ella lo rechaza.

Los dos caminan emocionados, el uno al otro del otro pero sin tocarse. Ella tiene las manos en el vientre.
--un hijo y ahora qué me tienes que decir. ¿qué excusa me vas a poner para que no estemos juntos? --dice él acariciando los cabellos de ella.
--un hijo, el tercer hijo que tanto deseé tener, tu hijo –dice la mujer aún en shock. finalmente tú vas a ser el padre de mi hijo.
Los dos se miran frente a frente:
--así es, un hijo de los dos. Un hijo no esperado pero muy deseado por los dos. Vamos a ser padres, parece mentira no? --dice él ilusionado.
--es un milagro. Aunque tengo miedo. ¿y si pierdo a tu bebe?
Félix pone su mano en el vientre de ella:
--mi hijo va a nacer. Eso te lo juro.
Félix iba a besar a Roberta pero ella lo rechaza:
--Félix, esto es una locura.
El guapísimo chico sonríe enamorado:
--locura.? me vas a dar un hijo. ¿¿¿¡es que pretendes que sigamos separados cuando nos amamos y vamos a tener un hijo?
--soy la viuda de tu padre --dice ella con el rostro lleno de culpa.
Él acaricia el rostro de ella, le besa las manos:
--eso se arregla fácil: cásate conmigo. Sé mi esposa.
Roberta lo mira sorprendida:
--¡Félix¡
El chico la mira enamorado:
--¿te quieres casar conmigo?
--estás seguro? te puedes arrepentir de unir tu vida a la mía.
--nunca he estado tan seguro de nada ¿y bien?¿nos casamos? –Félix con una dulce sonrisa.
Félix espera la respuesta impaciente. Roberta se debate entre lo que quiere hacer y lo que siente que debe hacer.




capitulo 25














Félix está inconsolable, Juan Segundo trata de animarlo:
--esto se va a solucionar, tranquilo. Yo sé lo que hay que hacer.
Félix llora:
--¿y cómo se va a arreglar? Con esta amenaza sobre su cabeza, Roberta nunca me va a aceptar. La perdí para siempre.
Juan Segundo le pone la mano en los hombros y le dice triste:
--Milagros ha estado hablando con un hombre, incluso sé que en qué hotel se iban a encontrar hoy, yo estoy seguro que fue tu hermana la que se puso en contacto con Bartolomé.
--¿¿¿¿¡Milagros?¡¡¡¡¡no puede haber llegado tan lejos.
Juan Segundo se traga su dolor:
--espero estar equivocado.
Juan Segundo se levanta:
--yo ahora voy a salir, quedas en tu casa.
--donde vas?
--a hacerle pagar a esos dos con su propia medicina.
Juan Segundo se va decidido, Félix se queda deshecho pensando en Roberta, en los momentos de amor que han pasado juntos. Y le duele en el alma que ella lo haya echado de su vida. Roberta está destrozada en su cama, llora pensando en Félix, en los instantes tiernos y en los más duros que recién acaba de vivir.

Mientras Bartolomé y Milagros están en la cama comportándose como bestias. El hombre está feliz de tener esa jovencita para él y con tal de poseerla estaba dispuesto a hacer lo que fuera. Milagros no se siente seducida por él, siente asco de sus besos y de sus caricias pero es mayor el odio que siente contra Roberta. No imagina que su esposo está llegando al hotel con un equipo parecido al que llevó Bartolomé a casa de Roberta. Juan Segundo, mediante soborno a un empleado, logra que lo dejen entrar al hotel y llegar hasta esa habitación. Se abre la puerta y sobre la desnuda pareja aparece fotógrafos, un notario. Bartolomé y Milagros miran a su alrededor incrédulos. Juan Segundo se enfrenta a ellos:
--¿y ahora qué?¿cómo se sienten ahora al ser ustedes los humillados?
Bartolomé lo que lamenta es la interrupción justo en el mejor momento. Milagros se muere de la pena. El encuentro es más tranquilo. Luego de hacer las fotos y que el notario levanta el acta, Juan Segundo le pide a todos que se vaya, menos a los dos amantes. Juan Segundo mira a Milagros decepcionado:
--yo lo he dado todo por ti, no me esperaba una cosa así.
Bartolomé se levanta desnudo de la cama, empieza a vestirse:
--a mi me disculpan, yo me voy. En cosas de matrimonios nadie se debe meter.
Juan Segundo le da un empujón y lo tira a la cama:
--¡¡no, tú no te vas¡¡¡tú renunciaste a tu hijo y no tienes no voz ni voto¡¡¡quiero que hables con mi madre y le asegures que no vas a hacer nada en contra de Bartolomeito ¡¡
--A mi esta chica me buscó y me dijo que íbamos a coger. Si no se pudo pues yo me voy y lo olvido todo.
Juan Segundo mira a Milagros que agacha la cabeza con vergüenza:
--¡¡cuando me dijiste que no te ibas a acostar conmigo sino separaba a mi madre de Félix no me esperaba que te revolcaras con cualquiera¡¡
Bartolomé se abrocha los pantalones mirando a Milagros y a su esposo burlón.
--por favor, es mejor que hablemos de esto en otro momento¡¡ --Milagros
--¡¡no, hablamos ahora. Yo te juro que mi hijo tendrá su padre pero tú ya no existes para mi¡¡si vuelves a molestar a mi madre estas fotos que he hecho hoy las llevará a tu pueblo y todo el mundo sabrá qué clase de mujer eres¡¡¡Así que por tu bien, procura que Bartolomé cumpla con su parte del trato¡¡¡
Milagros lo mira con miedo:
--¡¡no me puedes hacer esto¡¡claro que sí¡¡
Luego mira a Bartolomé y dice:
--y quiero que me des los negativos de las fotos que le has hecho a mi madre, que hables con ese notario y que rompamos todo.
--está bien, a mi no me importa nada.
Milagros está furiosa porque su plan de separar a Roberta y a Félix no ha salido como esperaba, está triste por el rencor con el que la mira su marido, siente vergüenza que él la haya visto con otro hombre.







Al rato, Roberta está en su casa. No puede dormir. Está en el salón mirando la foto de Félix con sus dos hijos. De repente se sorprende al oír que se hable la puerta. Y entran Juan Segundo con Milagros y Bartolomé.
--¿¿qué significa esto?
Juan Segundo abraza a su madre:
--Milagros convenció a Bartolomé para que viniera a separarte de Félix pero Bartolomé no está interesado en hacerte daño. ¿verdad?
--tienes mi palabra que no haré nada contra ti –Bartolomé.
Roberta está muy sorprendida, no entiende nada.
--mañana me darán los negativos de esas fotos y el acta. Piensa que todo esto fue una pesadilla, ninguno de los dos hará nada en contra de tu felicidad. --Juan Segundo.
Aunque así lo aseguran tanto Bartolomé como Milagros, sólo Bartolomé si es sincero porque le da igual. Por dentro Milagros jura que hará algo que destruya para siempre esa pareja pero sin que sepan que ella está detrás de todo. Juan Segundo deja a los tres solos que se miran con tensión y entra en la habitación de Bartolomeito que no hace más que llorar. Se abrazan.
--¿te has enterado de lo que ha pasado?¿de lo que ha hecho Félix?. ¿porque hizo eso?
--Félix ama a nuestra mamá como hombre.
--pero yo vi en una película que un hombre violaba a una mujer porque ella no quería estar con él.
--es que mamá si quería. Tu papa estuvo aquí, obligó a mamá a decir esas cosas feas. Tu ya eres un hombrecito y debes entender.
--pero la policía… mamá. .. ¿¿mi papá?
Bartolomeito tiene la cabeza echa un lio. Juan Segundo lo abraza:
--tú debes querer mucho a Félix, a mamá, no trates de entender las cosas.

Muy distantes, Juan Segundo y Milagros llegan a su apartamento. Allá los espera Félix.
--ya todo está claro. Es mejor que dejes pasar esta noche y mañana ya puedes ir a buscar a Roberta.
Félix mira a su hermana con reproche:
--pero me voy a una pensión, no puedo quedarme a dormir en casa de una mujer que quiere mi perdición.
Milagros no se defiende aunque se queda triste cuando su hermano la rechaza y cuando Juan Segundo también la ignora.
A la mañana siguiente, Milagros se levanta. Juan Segundo está quemando los negativos y todo lo que compromete a Roberta.
--ya que la honra de tu madre está a salvo. Espero que también rompas las que me hiciste a mi.
Muy serio, Juan Segundo dice:
--¡¡no, eso me lo guardo yo¡¡¡así me aseguro que nunca más vuelvas a meterte en medio de la relación entre mi madre y tu hermano¡¡
Juan Segundo se encierra en la cocina, Milagros está furiosa:
--¡¡sea como sea tengo que encontrar alguna manera de separarlos sin comprometerme¡¡

Muy nervioso, Félix llega a casa de Roberta. Toca la puerta. Roberta lo recibe muy nerviosa, está tensa. Él la abraza.
--mi amor, ya sé que todo pasó.
Félix sonríe a Bartolomeito . Roberta se aparta incomoda. Se va a la cocina. Bartolomeito se acerca a él. Félix se pone en cuclillas. Acaricia la cabeza del niño:
--¿qué pasó campeón?
El niño lo mira un poco confundido y pregunta:
--¿tú quieres a mi mamá como si fueras un papá?
Félix lo acaricia con ternura y le dice:
--sí, yo me quiero casar con tu mamá.
--¿los hermanos se pueden casar con sus mamás?
El niño habla con sorpresa, Félix es muy tierno, lo trata muy paternalmente.
--las cosas de los adultos es muy difícil de hacerlas entender. pero espero que tú confíes en mi. Yo amo a tu mamá.
--pero es que mi hermano y mi mamá. ¿Eso se puede?
--es que yo no soy tu hermano. tu mama no es mi mamá.
--pero tu papá era mi papa
--no es asi, mi papá no fue tu papá de verdad aunque tú solo hayas conocido a ese papá. ni aunque lo fuera. tu mamá no tiene nada que ver conmigo de sangre. Podemos ser una pareja de novios normales.
--¿si?¿se puede?
Félix le sonríe y le da un beso en la mejilla:
--yo quiero que me veas como tu papa.
--no puedo, tienes la edad de mi hermano.
--pues mírame como lo que quieras, pero quiero que entiendas que yo amo a tu mamá como la amaría un hombre, un esposo, un papá porque ella no es nada mío. Puedo ser su esposo y es lo que los dos queremos. Espero que tú lo comprendas y nos apoyes.
Bartolomeito abraza a Félix:
--yo lo que quiero es que mi mamá sea feliz y que tú estés con nosotros.
--yo te voy a querer mucho a ti y a ti mamá.
Roberta los está mirando con un nudo en la garganta. Félix mira a Roberta feliz, seductor. Está seguro que ya nada impide su amor.