martes, 23 de agosto de 2011

capitulo 21









Félix se sube los pantalones feliz. Ella se viste con cierta culpa. Él se retuerce de placer. A ella la atormenta los remordimientos. Los dos están ya de pie. Ella le da la espalda. Él la abraza y le acaricia los senos. Sabe que le gusta y desea volverla a disfrutar. Ella se relaja un poco y se da la vuelta y lo abraza y él la besa:
--no quiero verte tan triste. Me gustaría que después de hacer el amor conmigo te sintieras una mujer feliz, sino la que más feliz. Almenos que estar conmigo te ponga contenta. Yo gracias a ti soy el hombre más feliz del mundo.
Ella lo acaricia enamorada:
--nunca me han amado como tu pero es algo imposible. Soy la viuda de tu padre, acaba de morir. ¿qué va a decir Bartolomeito ?¿la gente?
--Bartolomeito es un niño y entenderá y la gente… ¡¡es su problema no el nuestro¡
--¡¡tú no entiendes¡¡¡ Ya me mirarían mal solo por amar a otro hombre tan pronto.
--eres una mujer libre y tienes derecho a rehacer tu vida.
--¡no a los 3 meses de la muerte de mi marido, no con su hijo¡¡
Félix le pone las manos en las mejillas:
--¿¿¡quien ha dicho eso??¡¡¿¿Donde está esto escrito?? ¡¡¡en esta vida estamos para amarnos, para ser felices y si tú me amas a mi, el resto no importa es lo más mínimo¡¡
--pero es que sí importa. --llora ella.
Félix besa y acaricia las lágrimas de la mujer:
--me enamoré de ti, ve en tu esposo el vehículo para que tú y yo nos enamorásemos. Si tú no te hubieras casado con Rafael tú y yo nunca nos hubiéramos conocido. Tal vez por eso te enamoró y lo perdiste justo cuando lo conocí. Tal vez la vida lo arregló todo para que tú y yo nos conociéramos y así enamorarmos. ¿¿porqué no pensar que tú y yo estamos destinos a amarnos el resto de nuestras vidas?
--¿y que se supone que tengo que hacer? ¿Somos novios y salimos tomados de la mano como si nada?
--A mí eso no me importa, yo quiero estar contigo.
--¿pero cómo se llama esto que hemos hecho? No somos novios, ¿qué somos, amantes?
Félix besa las manos de esa mujer:
--¿y qué importa como haya que llamar a las cosas?
--es una inmoralidad tener como amante al hijo de mi marido recién muerto.
Él sonríe y la acaricia con mucha ternura:
--vale, es inmoralidad, pero tú me quieres y yo a ti. ¿vas a renunciar a mi? Si somos unos inmorales pues lo seremos pero almenos unos inmorales felices que aman y mucho.
Ella cede a los besos y las caricias del guapísimo chico a pesar que su mente no se cansa de decirle que debe rechazarlo:
--yo quiero estar contigo --reconoce con vergüenza pero. ¿y mi hijo?¿qué ejemplo le daré a Bartolomeito ?
--por favor... deja que viva contigo, como antes. Si quieres durante el día seremos extraños pero en la noche deja que me cuele en tu cama para amarte como los dos deseamos.
Roberta lo abraza:
--no está bien pero esto no está bien.
Félix la besa:
--no pienses en lo que está bien o no. Piensa en lo que tú quieres. ¿qué es lo que tú quieres?
Ella lo besa y es que lo ama y lo desea y sólo quiere estar con él.
--Quiero vivir contigo pero no me atreve a decírselo al mundo.
--pues no se lo diremos a nadie. Yo estoy decidido a vivir en la sombra con tal de no perderte.
--pero que vergüenza con Juan Segundo. –apenada-- él si sabrá lo que estará pasando.
--que él viva su vida y tú vive la tuya.
Roberta lo mira, sí lo ama, sí desea hacer el amor con él una y otra vez:
--¡¡si eso es lo que haré¡¡
Félix sonríe, la acaricia:
--dime que no estás jugando conmigo, dime que sí me vas a amar, que sí nos podremos amar libremente.
--si te amo y no quiero renunciar a ti. Me gustaría ser… --duda-- y que Dios me perdone… tu amante.
Félix sonríe muy seductor ya que sabe que eso es algo que Roberta no quería hacer y le emociona que se quede a su lado por amor a él:
--gracias, gracias por quererme tanto. Te juro que no te vas a arrepentir.
--yo sé que sí me voy a arrepentir pero te amo, necesito de tu amor, de tu cuerpo. ¡¡Soy mujer y quiero vivir esto contigo¡¡
--¡¡claro que no te vas a arrepentir, yo te voy a demostrar que esto nuestro va a ser para toda la vida ¡¡
Roberta lo acaricia:
--no pensemos en eso. Si pienso no te voy a aceptar en mi vida pero te amo y te necesito. No puedo hacer otra cosa. Sólo amarte y esperar que tú me amas como yo a ti.
--lo haré claro que lo haré.
--¿y ahora que vamos a hacer? todo tu pueblo te ha visto como me llevabas. Van a hablar de nosotros.
--tienes que aprender a no pensar en lo que diga el pueblo. Además ahora le daremos una noticia a Bartolomeito que le va a encantar. Los tres volvemos a casa, seremos una familia, yo seré tu hombre y tu mi mujer aunque sea algo que nadie más sepa.
Félix se sube la cremallera y mira seductor a su amada:
--vamos, todo el mundo debe estar preguntando por nosotros. No es normal que la madre del novio y el hermano de la novia hayan desaparecido.
Roberta está tensa:
--¡¡no quiero ir a la boda. ¡¡¡ver a tu hermana me recuerda demasiado… ya sabes¡¡
Félix, la acaricia, la besa. Hay amor y miedo. La ama mucho como para perderla. Pegándola mucho a su cuerpo le dice suplicante:
--por favor, rompamos con el pasado. Olvida quien fue tu esposo. Olvida de quien está embarazada mi hermana. Tú eres una mujer libre y vas a tener un nieto. No debes pensar en nada más.
--¿crees que se pueda.? --dice ella apoyando su cabeza en el pecho de él. Con tristeza, Félix acaricia la rubia melena de él.
--tanto te duele que tu marido vaya a tener un hijo?
--en realidad lo único que me duele es que tú no seas mi marido, que no te pueda amar libremente por culpa que Rafael llegó antes a mi vida, deseé mucho rener un hijo suyo y ahora lo tengo aunque lo quiero como hombre.
Roberta no lo mira a los ojos por los remordimientos. Félix le levanta suavemente la barbilla:
--y mi tienes, siempre estaré en tu vida pero no quiero que estés tan angustiada.
Roberta le acaricia las mejillas con ternura:
--es que te amo tanto pero es un amor que duele porque estoy segura que no va a funcionar y me duele pensar que algún día tendré que vivir sin ti.
Félix la besa con desesperación:
--te amo y sé que esto va a salir bien.
Roberta lo acaricia:
--eso no lo puedes saber pero no me importa. Me importa el hoy y el hoy eres tú. No puedo renunciar al amor ahora por el miedo a perderte luego, amarte es un sueño y quiero vivir.
Los dos se miran y se acarician entre lágrimas:
--No es un sueño. Es una realidad que va a durar toda la vida. Yo sé que te voy a amar toda la vida.
--es muy hermoso verlo así, ojalá tengas razón. Nada me gustaría más. Te juro que haré la lucha, merece la pena intentarlo. Eres junto a mis hijos lo mejor que me ha pasado.
La pareja no deja de mirarse con amor, de besarse y acariciarse.
--soy tan feliz.
Félix desea no irse de ese lugar, tiene miedo que esa magia entre los dos se rompa si se van.
--venga, vamos a esa boda --dice Roberta.
--pero júrame que todo lo que hablamos hoy sigue en pie. Que vuelvo a tu casa y que no me vas a rechazar.
--cuando estemos solos, seremos un hombre y una mujer que se aman. Te lo juro --dice ella sellando su promesa con un beso.
--sí cuando estemos solos. no me importa. sólo me importa amarte.

Y mientras frente a ese lago, Roberta y Félix no se cansan de besarse y acariciarse, Milagros es la reina de su fiesta de boda. Juan Segundo, el novio, está triste en su rincón con su hermanito. La novia sólo se acerca a sus amigas y huye de su padre y de su esposo. Finalmente no puede evitar a su padre.
--¿hija?¿me puedes decir que te pasa? todo esta boda está muy rara y ahora tu hermano y tu suegra están desaparecidos.
Con rabia, Milagros:
--seguramente esos dos habrán buscado algún rincón para revolcarse como las bestias que son.
Manuel se escandaliza por las palabras de su hija:
--¡¡¿¿pero qué disparaste dices?¡¡
--¡¡no son disparates. Mi hermano y la madre de mi esposo son amantes¡¡

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