ESTO NO ES UNA TELENOVELA REAL, QUE NADIE SE CONFUNDA. ES UNA HISTORIA IMAGINARIA CREADA POR MI. LAS PERSONAS MENCIONADAS INSPIRAN LA HISTORIA, NO PARTICIPAN EN ELLA. CON ESTA NOVELA ME HE QUERIDO DAR LAS GRACIAS AL ACTOR PABLO MARTINEZ POR LOS BUENOS MOMENTOS QUE ME REGALA SU PERSONAJE EN SUPERTORPE
martes, 23 de agosto de 2011
capitulo 6
Juan Segundo visita a su madre. Roberta está muy demacrada, no parece una persona.
--mamá, tienes que poner de tu parte...
Roberta ha perdido las ganas de vivir:
--para qué... mi vientre está vacío... tanto tiempo soñando con un hijo de Rafael y lo pierdo justo cuando ni sabía que existía...
--¡¡pero tienes otros dos hijos¡
--tu ya eres un hombre --dice Roberta muy decaída.
--¡¡pero no Bartolomeito ¡¡¡es que él no te importa¡¡¿¿qué diría tu ex marido si te viera así?
--a ese hombre no le preocupó nunca su hijo...
--pero no des motivos para pensar que a ti tampoco...
Roberta abraza a su hijo llorando:
--¿porque me ha tenido que pasar una cosa así? Perder al gran amor de mi vida... y además perder a su hijo... esto es una burla...
Juan Segundo trata de calmarla:
--no sé porque pasan estas cosas pero tienes que ser fuerte, no puedes dejarte vencer...
--no sé si voy a poder...
--claro que sí... yo te voy a ayudar...
Roberta mira a su hijo con amargura:
--perdoname... se supone que soy yo la que tiene que cuidar de ustedes...
--no te preocupes... pero dime una cosa... Ya los restos de Rafael vienen así aquí... ¿qué quieres que hagamos?
Félix está haciendo su maleta. Milagros se le acerca.
--¿donde vas?
--¡ya sabes... en el hotel me dieron la dirección de Rafael¡¡el muy desgraciado la dejó por si yo preguntaba por él¡¡¿¿después de haberte violado?¡¡¿¿cómo es capaz de hacer una cosa así? Debiste dejar que lo denunciara... es lo que se merece...
Milagros se asusta:
--¡¡no, no... la policía no¡¡
Félix está desesperado:
--¡¡es que después de todo lo que te ha hecho parece que aún lo defiendes¡¡¡no podemos meter a ese hombre en la cárcel por matar a mamá pero sí por violarte¡¡
--es que todo el pueblo se va a enterar y a mi me da mucha vergüenza...
--¡¡tú no tienes que sentir mucha vergüenza... es él quien la debe sentir¡¡¡
--pero es que ya sabes cómo es la gente de chismosa y como yo me fui con él pues deben creer... ¡¡pero yo te juro que yo no quería¡¡
--claro que lo sé... jamás dudaría de ti... ¿qué clase de mujer serías si te regalaras al hombre que humilló a nuestro madre, que la abandonó embarazada?
--eso digo yo... --dice Milagros muy pálida y con miedo que la descubran.
--No sé cómo pero yo lo voy a destruir... ¡¡encontraré la manera de acabar con su felicidad¡¡¡de llevarlo al infierno¡¡
--pero sólo te quiere decir que no comentes con papá lo que me hizo ese degenerado... me daría demasiada vergüenza.
--sí por supuesto... me daré por satisfecho si hago que ese pase por el mismo dolor por el que nos ha hecho pasar a nosotros.
Félix cierra la maleta. Le da un beso.
--te llamaré.
Félix besa a su hermana:
--¿te vas ya?
--para qué demorarlo?
--creí que almenos esperarías a papá...
--no puedo... él me querrá hacer desistir y a mi me da mucha rabia... parece mentira que se resigne a lo que ha pasado...
--él quería mucho a mamá... está muy triste...
Dolido, Félix dice:
--pues no parece... francamente no parece que le duela que mamá haya muerto y de una manera tan injusta
Félix toma su malera y se acerca a la puerta:
--¿y qué le digo a papá?
Con amargura Félix le dice:
--lo que se te pegue la gana...
El chico deja la casa en la que tan feliz fue y abandona su pueblo del que nunca pensó salir con ganas de venganza.
Félix se siente como pez fuera del agua en la capital. Le abochorna tanta gente, tantos autos, tanto humo. Sale coches por todos lados que casi lo atropellan en varias ocasiones: "¿es que no tienes ojos en la cara, tarado?"¡o regresa a tu pueblo, cateto¡" --son algunas de las lindeces que le dicen.
Cuando al fin logra llegar hasta la dirección que tiene anotada se impresiona mucho al ver una esquela.
--¡¡no puede ser¡¡
Para la lee una y otra vez:
--Rafael Miranda.. si es él...
Comprueba la dirección que le dieron:
--es él... es él...
Una vecina chismosa lo ve:
--¿qué desgracia verdad? tan joven... y su esposa tan mayor lo pasó fatal... imagina perdieron el hijo que esperaba...
Félix no quiere que le duela, al contrario, quiere que el hecho que esté casado aumente su rencor.
--¿usted lo conocía?
--No, no... --dice Félix nervioso-- recién llego del interior y miraba por curiosidad...
--¿del interior? qué coincidencia Él venía de un pueblo del interior, según dicen los chismes fue a conocer a un hijo que abandonó en su adolescencia y encontró la muerte en el camino... Nunca regresó aquí...
--¿¿cómo? --dice Félix sorprendido.
--Imagina... qué historia...
--la justicia la hizo Dios –murmura Félix.
--¿como dices?
--no, nada... nada... usted me podría indicar dónde está el cementerio...
--no que no lo conocía...
--¿me puede hacer el favor o pregunto a otra?
--si claro... que poca educación la de los pueblerinos...
Aunque no sabe muy bien qué es lo que debe sentir se va hacia ese lugar. Allá lo están llorando al difunto Roberta, Juan Segundo y Bartolomeito . El pequeño está tomado de la mano de Juan Segundo. Los dos miran el ataúd, el pequeño muy impresionado pero quieren ser fuertes por el bien de Roberta, que de negro y de rodillas, llora lágrimas de sangre. Félix está escondido tras unas matas. Le impresiona el dolor de esa mujer, de Roberta.
--debe ser la esposa... parece ser que lo quería mucho... Ella no tiene la culpa de nada...
Roberta besa una rosa y la lanza sobre el ataúd de su esposo. Luego Juan Segundo la ayuda a levantarse:
--vamos, mamá... ya no tenemos que hacer nada... tu marido descansa en paz...
Roberta mira con dolor la tumba de su esposo. Bartolomeito la toma de la mano:
--no estés triste, yo te voy a cuidar...
--Gracias... suerte que los tengo a ustedes --dice con amargura.
Sin saber bien porque Roberta mira hacia donde está Félix, éste se pone nervioso creyendo que lo han descubierto pero la mirada de ella lo desgarra y le penetra el alma. Los ve irse sin darse cuenta que han sido observados. Cuando ya no hay nadie, se acerca a esa tumba:
--que Dios te perdone, porque yo no puedo. Pero ya no hay venganza... tu familia es muy linda y no te la mereces...
Muy aturdido y sin dejar de pensar en la mirada de Roberta que se le ha clavado en el alma se va de ese lugar.
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