martes, 23 de agosto de 2011

capitulo 26










Félix se acerca a Roberta y ante la mirada de Bartolomeito la besa apasionadamente. Bartolomeito los mira raro pero no dice nada. Roberta se aparta de él.
--Félix, por favor.
--mi amor –Félix cariñoso-- Bartolomeito ya sabe toda la verdad y no le importa. ¿verdad?
La mujer está avergonzada ante su confundido hijo. Bartolomeito no sabe lo que tiene que decir. Le estira del brazo a Félix para que se agacha, y cuando ya lo tiene a su altura le da un beso en la mejilla y le dice:
--te quiero mucho, cuida a mi mamá.
Los dos se abrazan. Luego Bartolomeito abraza a su mamá:
--te quiero mucho.
Luego el niño los mira a los dos y les dice:
--yo me voy a mi cuarto, a los papás hay que dejarlos solos.
Félix sonríe con ternura, Roberta se incomoda. El pequeño entra en la habitación. Félix abraza a su amada:
--ya todo pasó, mi amor. Lo que más te preocupaba ya no es un problema. Ya no nos tenemos que seguir preocupando.
Félix la quiere abrazar pero ella lo rechaza:
--¿qué es lo que te pasa?
Ella está muy triste. Le da la espalda porque no soportaría ver su mirada en ese momento.
--lo mejor es separarnos, todo el mundo está en contra de nuestro amor.
Todo se esperaba Félix menos eso, el rostro se le desencaja. La abraza por la espalda:
--no todo el mundo, no tus hijos. No la vida que nos pone al uno al otro. Estamos demostrando a todos que nuestro amor es fuerte. ¿qué más quieres?
Roberta se aparta de él y le dice:
--por favor, me han humillado mucho por culpa tuya. Yo quiero una vida sin sobresaltos y contigo no es posible. Si de verdad me amas, no me busques. Déjame tranquila. te lo suplico.
--no me hagas esto --le suplica él con la voz rota.
Ella no lo mira:
--vete y no vuelvas.
La mujer se encierra en la cocina. LLora deshecha. Félix mira la puerta en la que está su amada con el rostro lleno de lágrimas y se va. Se va vencido.





1 mes después, Félix y Juan Segundo están tomando un café.
--¿y estás cómodo en la pensión? ya sabes que mi casa es tu casa.
--gracias por no quiero hacer pesada más tu situación, a parte que prefiero no ver más a mi hermana. ¿y qué tal lo llevas?
--pues con la espalda destrozada de dormir en el sofá. Milagros trata de tener un acercamiento conmigo pero yo sé que no me ama, pues no tiene caso. Me quedaré a su lado pero nunca podré olvidar que se acostó con el ex marido de mi madre.
Los dos jóvenes están muy amargados.
--¿y tu mamá?
--muy triste y Bartolomeito también. Yo creo que le deberías hacer el intento. Ya hace un mes que no se ven, yo sé que ella te quiere.
--tal vez me quiere pero no lo suficiente. Me ha roto el corazón demasiadas veces. Si ella quiere volver conmigo, que me busque.
--no seas así, yo te quiero como a un hermano y me duele que no seas feliz. Por orgullo puedes perder al amor de tu vida. ¿es que ya no quieres a mi madre?
--yo a tu madre la voy a querer todo la vida pero ya me ha rechazado muchas veces y ni una más.
Los interrumpe el celular de Juan Segundo.
--¿Bartolomeito , pasa algo?
Félix se angustia ante esa llamada de Bartolomeito a Juan Segundo. Juan Segundo se levanta alterada.
--¿¿le pasó algo a tu mamá?
Juan Segundo paga la consumición:
--mi mamá está en el piso desmayada. Bartolomeito está muy asustado.
Félix siente que se le va la vida.

Muy alterados, los dos guapos van corriendo a casa de Roberta. La mujer ya está mejor, sólo un poco mareada.
--ya estoy bien,. Bartolomeito se precipitó.
Bartolomeito se acerca a los dos muchachos y dice:
--mi mamá lleva días mala, vomita mucho.
Félix y Juan Segundo se quedan preocupados.
--será mejor que vayas al médico --Félix.
--no, no estoy bien --Roberta.
Félix y Roberta se miran con timidez aunque también con ilusión. Se alegran volver a verse.
--Félix tiene razón. --le da las llaves al muchacho-- llévala al médico. Yo me quedo con Bartolomeito .
--no hace falta, estoy bien --Roberta.
Félix se acerca a Roberta y los dos tiemblan:
--por favor. No te comportes como una niña.
A los dos les excita demasiado la presencia del otro. Roberta sale precipitadamente. Va hacia el auto. Félix abre la puerta pero ella se coloca detrás. No quiere ir con é. A él le duele pero no dice nada. Durante el camino, Roberta suspira enamorada. Desea no amarlo pero lo ama. Félix la mira por el retrovisor seductor.

En el hospital, le hacen un análisis a Roberta. Luego el doctor habla con la pareja. Los dos están juntos pero muy separados. Roberta no dice nada, la altera demasiado la presencia del guapísimo hijo de su difunto marido. Muy angustiado es Félix el que habla.
--¿qué es lo que tiene?
--su madre está embarazada.
-Esta noticia toma a los dos por sorpresa.
--embarazada? --pregunta Roberta con el rostro desencajado por la emoción.
Un brillo de ilusión cubre el rostro de la mujer. Hace tantos años que esperaba esa noticia, una noticia que borre la tristeza de su reciente aborto cuando ni sabía que estaba embarazada. Félix toma la mano a Roberta y sonriendo muy enamorado dice:
--ya lo has odio vas a tener un hijo mío --mira al doctor y dice-- la señora es mi mujer, no mi madre.
El doctor pone cara de circunstancias. La pareja se despide. A la mujer le parece imposible que esté embarazada.
--¡Es un milagro¡
Él le pone las manos en las mejillas:
--Nuestro amor hace milagros –dice enamorado.
Félix quiere besarla pero ella lo rechaza.

Los dos caminan emocionados, el uno al otro del otro pero sin tocarse. Ella tiene las manos en el vientre.
--un hijo y ahora qué me tienes que decir. ¿qué excusa me vas a poner para que no estemos juntos? --dice él acariciando los cabellos de ella.
--un hijo, el tercer hijo que tanto deseé tener, tu hijo –dice la mujer aún en shock. finalmente tú vas a ser el padre de mi hijo.
Los dos se miran frente a frente:
--así es, un hijo de los dos. Un hijo no esperado pero muy deseado por los dos. Vamos a ser padres, parece mentira no? --dice él ilusionado.
--es un milagro. Aunque tengo miedo. ¿y si pierdo a tu bebe?
Félix pone su mano en el vientre de ella:
--mi hijo va a nacer. Eso te lo juro.
Félix iba a besar a Roberta pero ella lo rechaza:
--Félix, esto es una locura.
El guapísimo chico sonríe enamorado:
--locura.? me vas a dar un hijo. ¿¿¿¡es que pretendes que sigamos separados cuando nos amamos y vamos a tener un hijo?
--soy la viuda de tu padre --dice ella con el rostro lleno de culpa.
Él acaricia el rostro de ella, le besa las manos:
--eso se arregla fácil: cásate conmigo. Sé mi esposa.
Roberta lo mira sorprendida:
--¡Félix¡
El chico la mira enamorado:
--¿te quieres casar conmigo?
--estás seguro? te puedes arrepentir de unir tu vida a la mía.
--nunca he estado tan seguro de nada ¿y bien?¿nos casamos? –Félix con una dulce sonrisa.
Félix espera la respuesta impaciente. Roberta se debate entre lo que quiere hacer y lo que siente que debe hacer.




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