martes, 23 de agosto de 2011

capitulo 12






Ya que Félix no parece tener intención de moverse de su lado y a ella la excita demasiado tener casi desnudo a su lado, Roberta se levanta. Él la mira triste, Roberta se mete en el agua con sus hijos. Félix se levanta y camina por la piscina luciendo cuerpazo. Se acerca a la salida y le pide a un niño un favor. Se había fijado que justo al lado había una tienda que vendía máquinas de hacer fotos de un solo uso y le da dinero al niño para que le compre una. Vuelve a la piscina, provocando suspiros en más de una, pero él solo tiene pensamiento para una mujer a la que desea inmortalizar con la cámara que tiene en la mano. Se acerca al agua, Roberta está jugando con sus hijos. Hace fotos a la mujer, la mira como si fuera la mejor obra de arte. También hace alguna fotos a los 3 para disimular. Roberta ve a Félix, de pie cerca del agua, casi desnudito, muy seductor, provocador y haciéndole fotos... sonríe coqueta. Bartolomeito ve a Félix y sale del agua:
--¡¡yo quiero... yo quiero hacer fotos... vete al agua que yo os hago unas fotos¡¡
Félix le explica al niño como funciona y él se va al agua.
--¡¡los 3 juntos... abrazad a mamá¡
Juan Segundo abraza a su madre por la cintura en seguida. Félix y Roberta se miran nerviosos. Él la abraza, ella está muy tensa.
--sonríe --le susurra Félix al oído.
Aunque le pone nerviosa, a Roberta le gusta sentir que Félix la está tocando, pero le asusta porque su hijo, de casi la misma edad que el chico que le gusta, está a su lado.
--¡¡y ahora los dos dando un beso a mamá¡ --ordena el fotógrafo.
Roberta está apunto de decir a Félix que ni se le ocurre pero Félix es más rápido que ella. Félix besa a la viuda de su padre muy cerca del labio. Es un beso que llena de placer a los dos. Un beso que llena también de remordimientos a la mujer y dispuesta a comportarse con ese chico que tanto le gusta como lo que es, la viuda de su padre, Roberta sale del agua. Félix la mira enamorado y a ella le gusta mucho verlo a él en remojo y casi desnudo pero controla sus hormonas. Toma la cámara de fotos de su hijo al que dice:
--vuelve al agua... ahora yo quiero una de mis 3 hijos...
A Félix le duele lo de hijo tanto como a ella... La tristeza de Félix conmueve a Juan Segundo que piensa que tal vez sí ese muchacho se esté enamorando de su madre y le sabe mal que los dos vayan a sufrir ya que aunque nota que a su madre le gusta mucho ese chico no parece estar dispuesta. Cuando salen del agua Félix pasa por el lado de Roberta le susurra al oído:
--yo sé que no soy un hijo para ti, soy un hombre que te gusta... lo noto en tu forma de mirar...
Las palabras de él estremecen a la mujer, la hacen sentir joven. Hace mucho que no veía a nadie herido de amor por ella. Félix ya le ha dicho lo que le tenía que decir, ya casi ni la mira en el resto del día. Se separa del grupo y les dice:
--me regreso a la casa solo... quiero hacer algo.
Él y Roberta se miran con mucha tristeza. Félix va a la tienda en la que compró la cámara ya que también revelen rápido. Así que en una hora ya tiene las fotos. Una a una mira todas las fotos que tiene de Roberta.
--será un recuerdo muy bonito --dice mirando con lágrimas en las ojos las fotos que se hizo en las que están ella y su hijo
Félix se seca las lágrimas:
--¡¡no de recuerdo no...¡¡Roberta siente algo por mi y yo no me conformo sólo con esto¡¡¡no me voy a retirar sin luchar y va a ser una lucha sin tregua, una lucha hasta que Roberta reconozca que me ama aunque su esposo, mi padre, se retuerza en su tumba...¡¡él muy desgraciado es lo que merece que su viuda lo olvide...¡¡¡yo no voy a permitir que le guarde luto¡¡
Mira de nuevo esas fotos y su rostro se llena de ternura:
--No me importa tu pasado... yo me estoy enamorando de ti por lo que eres, no por lo que fuiste... Ese hombre ya no importa... ojalá pronto nadie se acuerde de él... ojalá lo único que te impida amarme es que soy más joven que tú y eso es una tontería que espero poder borrar...

Félix llega a la casa. Ya tiene llaves. Abre. Roberta está en el comedor.
--hola.
--hola --dice él.
Los dos se miran con mucho amor pero guardando las distancias.
--¿estás sola?
--No, mis hijos están jugando en el cuarto de Bartolomeito ...
El corazón tanto de Félix como de Roberta late con más fuerza que nunca al estar el uno cerca del otro. Va a mil por hora.
--¿estás enojado conmigo? --dice ella.
Él sonrie y ella suspira:
--creía que la que estaba enfadada eres tú...
Ella desea acariciarlo pero no lo hace:
--es que creo que está habiendo un malentendido, tú aquí estás como el hijo de mi marido y te estás tomando libertades que no te corresponde...
Félix acerca a milímetros su cuerpo al de la mujer. Casi se rozan. Le hace sentir su aroma, su olor, su aliento:
--¿y a poco no te gusta?
Ella tiembla de deseo y suplica:
--no me hagas sentir que soy una mala mujer, apenas se cumple una semana de la muerte de mi esposo... ¡¡por favor... no me hagas sentir cosas que no debo¡¡
Félix sonríe:
--¡¡entonces te pasa lo mismo que a mi¡¡
Roberta y Félix se miran enamorados con ganas de decir que aunque es una locura, es una locura hermosa y quieren vivir ese tan mágico que les está pasando. Roberta se aparta de él y toma un retrato de Rafael y se lo enseña a Félix:
--¡este hombre era mi marido... tu padre¡¡¡respétalo¡¡
Félix se muere de rabia, tiene ganas de decir que ese hombre era un miserable y que lo odia pero no lo hace. Roberta deja esa foto ahí y deja solo a Félix muerto de la rabia. Félix mira la foto de su padre y dice para sí:
--¡¡te voy a quitar a tu mujer, maldito... Yo la haré más feliz de lo que tú la puedas haber hecho... un hombre como tú no pueda hacer feliz a ninguna mujer...¡¡¡estoy seguro que conmigo Roberta se daría cuenta que nunca fue tan amado como conmigo... Ni contigo ni con cualquiera otro hombre de su pasado...¡¡¡
Félix mira a su padre con rencor y es que le duele que él haya tenido a la mujer que está amando. Apaga su rabia cuando oye que entra Bartolomeito . El niño abraza al que considera su hermano. Con él está Juan Segundo.
--¿qué tal?
--¿como va, Juan Segundo?
--donde fuiste?¿cómo no conoces la ciudad? fuiste a ver a alguien...
--No, llevé el carrete a revelar...
Félix tiene bien guardadas en el bolsillo las fotos que le hiciera a Roberta. La mujer sale de al cocina.
--¡¡mira mamá... no tienes ninguna foto con mi hermano Félix con las otros en la estanteria ¡¡ --le dice Bartolomeito poniendo unas cuentas fotos sobre las manos de su madre.
Roberta mira las fotos en las que están ellos dos solos, suspira enamorada. Félix sonríe con tristeza. Roberta pone la de los chicos con el niño apoyada en el marco de la foto de boda de Rafael y Roberta. Una foto que no hace más que atormentar a Félix y desea más de una vez romper.
--aquí, mis hijos con mi esposo... el padre de Félix... --dice ella con amargura.
Félix está muy triste. Roberta deja las fotos en las manos de Bartolomeito :
--devuélveselas a tu hermano Félix...
El niño, inocentemente, toma una de las fotos (en la que los dos galanes besan en la mejilla a Roberta) y le dice:
--quédatela tú, en tu habitación... y está también (una de las que está Bartolomeito )
Félix sonríe al notar la emoción de Roberta al tener en su mano una foto de ellos dos juntos.

Luego en la noche, Félix no puede dormir:
--no me ve como un hijo... ¡lo sé¡¡lo sé¡¡tiene miedo, la situación no es fácil pero yo lucharé hasta que ella acepte nuestro amor.
POr su lado, Roberta mira la foto en la que está con Félix. Tiembla al recordar su desnudez, su caricia, sus tiernos besos. Lo besa:
--¡¡te amo, te amo y aunque nunca te lo vaya a decir... cómo te amo...¡¡

Al dia siguiente, en silencio, Roberta lleva a Félix hasta la tumba de su padre.
--no me gusta este lugar, para qué me trajiste aquí? --pregunta aquí.
Ella lo mira muy seria y dice:
--¡¡aquí, ante la tumba de tu padre quiero que me jures que me vas a ver casi como a tu madre, como a una mujer a la que no puedes seducir¡¡
Él la mira coqueto:
--a ti te gusta.
--eso no viene al caso... quiero que me jures que no va a pasar nada entre nosotros...
--¡¡yo no voy a jurar eso... claro que no...¡¡
--no me hagas esto... Félix... no --le suplica ella.
Félix le pone las manos en las mejillas. Y los dos tiemblan con ganas de besarse él le dice:
--entre tú y yo pasará lo que tenga que pasar, lo que nosotros queramos... y aquí ante la tumba de tu esposo te lo digo... ¡¡voy a luchar por ti amor¡¡
Él se va y ella se lo queda mirando. A los dos el corazón les va a mil por minuto.





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