martes, 23 de agosto de 2011

capitulo 18





Juan Segundo y Milagros llegan a un pequeño apartamento.
--espero que te guste, es nuestra primera casa.
Juan Segundo la toma en brazos y la entra al lugar. Ella está muy contenta.
--¿te gusta?
--me encanta, no me puedo creer que todo esto sea verdad. ha pasado tan deprisa.
Juan Segundo la acaricia:
--el amor es así, llega cuando uno menos se lo espera. No tengas miedo. Yo sé que me vas a querer mucho.
--tengo miedo por mi papá. Se va a enojar. ¿cómo le digo que estamos juntos? él sabrá que tu hijo no es mío.
--No, que no lo sepa. Le dices que yo fui a tu pueblo, que nos enamoramos y que ahora he vuelto a buscarte. No importa si les parece que es pronto, nos casaremos y punto. Total ya estamos casados. Yo no necesito nada más.
--pero yo sí, para mí es muy importante casarme en mi pueblo, con mi gente. Salir de ahí con un marido, contigo. Gracias por hacer que mi sueño se haga realidad aunque las circunstancias no sean las mejores.
Él no deja de acariciarla y sonreírla:
--te amo, no puede haber otras circunstancias mejores.
A ella le gusta mucho ese hombre, le apasiona pero teme que sus sentimientos no sean los suficientemente sólidos para afrontar la vida en pareja pero lo que sí tiene claro es que no quiere tener a su hijo sola. Lo acaricia:
--te juro que voy a trata de hacerte feliz.
--sé que lo harás. Sé que contigo no me voy a equivocar, que al fin tengo lo que siempre soñé. Una esposa --pone su mano suavemente sobre el vientre de ella-- y un hijo.
--¿pero y tu familia?¿cuando los conoceré?
--en la boda por la iglesia.
--¿¿cómo? es que mi padre va a querer que tu familia pidieran mi mano. ¿Es que no tienes?
--claro que sí, madre y un hermano pequeño. Pero ahora no es posible que los conozcas y sobre lo de pedir mi mano. Ya eres mi esposa. Tu padre debe entender que ya los tiempos cambian y todo esos formulismos no valen. Por favor, haremos la boda que tú quieres pero mi familia la conocerás el día de mi boda.
--después de todo lo que has hecho por mi, que menos.
Juan Segundo la abraza:
--gracias, gracias.
Hay miedo en sus ojos. Teme que ni su madre ni Milagros se acepten como familia.

Al rato, Juan Segundo y Milagros están en la cama. Va a ser la primera noche que pasan juntos. Ella se ha refugiado en él. Es el guapo chico el que está más feliz, más seguro de todo. Él la estrecha bien contra sus brazos:
--que felicidad. Tenerte aquí a mi lado, toda la noche sólo para mi.
--me parece raro que seas mi marido. Aún parezco tu amante. No sé si vamos a vivir aquí, o estás de paso.
Él la acaricia:
--no digas eso, eres mi esposa. No mi amante. Esta es mi casa, nuestra casa. Vamos a dormir aquí cuando nos casemos. Estaremos separados mientras tú preparas la boda en tu pueblo, que espero que lo hagas rápido.
--lo haré lo más rápido que pueda, pero quiero una gran boda, sé que a mi madre le gustaría.
Juan Segundo la besa feliz.
--será como tú quieras. Este fin de semana viajamos a tu pueblo, así conozco a tu padre y luego ya me regreso sólo con tu hermano. Entonces yo aprovecho para instalarme en mi casa y cuando ya seas mi esposa a los ojos de Dios. Nadie me va a separar de ti.





El viaje es largo y tenso, Juan Segundo los lleva en su coche. Milagros está al lado de su marido. Félix va atrás muy callado. Le emociona volver a su pueblo aunque los recuerdos se le echan encima, piensa en su madre, en Roberta. A penas ha pasado un mes pero ya le da la impresión que ha pasado mucho más. Le duele dejar la ciudad, aunque sea sólo por unas horas, pero se lleva muchos de recuerdos. Ve pasar la ciudad con tristeza,
--Roberta, mi amor, ¿será que alguna vez nos volveremos a verdad?¿qué me perdonarás? –dice para sí.
Él ya ha claudicado, ha decidido que no la volverá a ver hasta el día de la boda de su hermana. Entonces se definirá su amor. Mira con cierta envida la felicidad del matrimonio, espera que no se rompa cuando se conozcan suegra y Roberta y que esa boda sirva para acercarlo a la mujer que él ama. Manuel recibe con alegría a sus dos hijos.
--¡¡que bueno que cumpliste y que te trajiste al zoquete de tu hermano¡
Padre e hijo se abrazan:
--pero yo sólo vine a verte y a decirte que ya este no es mi lugar, tengo trabajo en la capital. Ahí me quedo.
--¿¿cómo? tienes muchas cosas que contarme.
Manuel iba a entrar con su hija pero Félix le dice:
--antes Milagros te tiene que decir algo.
Es entonces cuando Manuel se da cuenta que un desconocido los acompaña. Juan Segundo está muy nervioso. Manuel extiende la mano que Juan Segundo choca.
--perdona, pensarás que soy un maleducado, pero es que tenía muchas ganas de ver a mi hijo.
Juan Segundo traga saliva:
--no se preocupe, yo entiendo. Yo también tenía muchas ganas de conocerlo.
--así ¿y eso?
Juan Segundo y Milagros se miran y ella dice a su padre:
--es mi marido. Nos casamos por el civil, venimos a arreglarlo todo para casarnos por la iglesia.
Manuel se ha quedado casi en shock:
--¿¿puedes repetir hija?

2 meses después… Félix vuelve a su pueblo. LO reciben Manuel y Milagros.
--que gusto verte, hijo. Sigues igual de amargado. ¿porque no dejas lo que estés haciendo en la ciudad y regresas a tu pueblo?
--No papá, mi lugar está allá.
--¿pero porque? Nadie me dice algo pero yo sé que no eres feliz en esa ciudad, que te amarga y no entiendo sigues empeñado en ese lugar.
--algo día te contaré papá, pero no hoy. Hoy es el dia de Milagros. Mañana se casa.
Los dos hermanos se abrazan:
--¿y cómo está la novia?
Milagros sonríe por el fiestorro que se ha preparado, sabe que es la envidia de sus amigas del pueblo que ninguna ha conseguido un chico tan guapo como ella. Con reproche Manuel dice:
--eso que mañana se casa. Se casa otra vez, porque Milagros ya es una mujer casada.
--papá, no vuelvas con esa. Ya te dije que lo hicimos para que la gente no pensara nada malo de mi al venir aquí con un hombre, pero la verdadera boda es mañana y tú estarás a mi lado, Tú me llevarás al altar.
--pero aún no conocemos a la familia de tu novio ¿te parece a ti normal? a lo mejor son una gentuza de lo peor.
--¡¡No, la madre de Juan Segundo es una señora de lo mejor¡¡muy buena gente¡¡ -- Félix defiende con pasión a su amada.
Milagros se queda muy sorprendida:
--no sabía que conocías a la madre de Juan Segundo.
Félix se pone muy nervioso, ya que a él tampoco le interesa que se sepa la verdad antes de la boda así que improvisa.
--si bueno, ha venido algunas veces al trabajo, se ve buena gente.
--¿y porque Juan Segundo no me la ha presentado?
--eso digo yo --Manuel.
--bueno, porque todo ha sido muy rápido y ella es una mujer muy posesiva, sólo con dos hijos. Pero todo está bien, todo.

Por su lado, Roberta ya tiene la ropa preparada para el enlace. Bartolomeito está feliz. Juan Segundo está con ellos.
--todo esto me parece muy irregular, muy precipitado. ¿cómo es que conozco a la novia solo en la boda? ¿te parece normal?
--ya te dije, vive muy lejos. Así es más fácil.
--pero es que no entiendo.
--pues te lo he explicado muchas veces, me caso y espero que tú lo aceptes.
--si tú estás seguro, pero es que ya debías estar. Me parece muy raro que vayamos ya con el tiempo justo ¿y si llegamos tarde?
--es que la gente es muy chismosa y por eso es mejor así., hazme caso.
Roberta no está nada convencida pero tampoco llevaría la contraria a su hijo.

Se van el mismo día temprano. Roberta no sabe a dónde se dirigen hasta que reconoce una indicación que se acercan al pueblo de Félix.
--un momento, aquí murió Rafael. ¿dónde vamos? --dice Roberta nerviosa pensando que el pueblo de Félix está cerca.
--¡¡vamos a ver a Félix¡¡ --dice Bartolomeito feliz.
--no, no. Es otro pueblo. --dice Juan Segundo nervioso.
Llegan al pueblo de Félix:
--¡¡este es su pueblo. ¿cuándo te enamoraste de esa chica?¡¡
Juan Segundo se intenta mostrar el que no pasa nada:
--¡¡ya te dije que la conoció en la ciudad, no sé si es el pueblo de Félix o no, ya vamos a la iglesia. ¡¡
Roberta está inquieta y Juan Segundo nervioso, sabe que en cualquier momento llegará Félix y se armará el zafarrancho. Félix se acerca al templo muy nervioso. Por primera vez en 2 meses verá a Roberta.

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